Enchufas la
tele y da pena ver los programas. Hace no tantos años había un par de cadenas públicas y alguna pública autonómica, y nada más.
Atrás quedan programas como Barrio
Sesamo, que cuando era un
crío no me lo perdía
mientras me comía el
bocata de chorizo
pamplona...
Espinete, Epi y
Blas,
Supercoco... era un programa de
críos en horario infantil y además era didáctico y después de verlo a jugar al
fútbol con los que ahora son tus mejores colegas. Por no hablar de la bola de cristal que hoy es un programa de culto.
Todo esta nostalgia me viene
después de
encender el Viernes a la noche la
tele y ver un programa de esos de ¿periodismo rosa?, uno de tantos programas que se pueden ver incluso en horario infantil todos los putos
días de la semana.
Lo que se podía ver en ese programa se puede calificar de entre absurdo y escandaloso. Un montón de
tíos y
tías haciéndose pasar por ¿periodistas de investigación? sentados en forma de medio circulo discutiendo sobre paternidades de niños -pobre niño-, pruebas de embarazo, herencias multimillonarias y cuernos varios y demás temas interesantes que seguro que solucionarán el mundo.
Aunque la medalla se la lleva la de la foto, esta ¿periodista? no argumenta sino que chilla para que le den la razón, gesticula porque no sabe como llamar la atención y lo mejor de todo es que va de que tiene contactos en las altas esferas del mundo rosa, por llamarlo de alguna manera aunque en realidad no son más que una puta banda de
zánganos e incluso chulea de que le llaman al móvil en medio del programa el
Sr. o la
Sra. importante para transmitir no se sabe que exclusiva o noticia.
Estos ¿periodistas? no son más que unos gilipollas para que mantengan entretenida a la plebe.
María, ¿periodista tú? Anda no me
jodas.
Buahh.. que país !!!!